El de la basura no es cualquier problema. La entidad vivió momentos dramáticos hace algunos años y las imágenes de la ciudad ahogada en desechos le dieron la vuelta al mundo.
Sin embargo, que las calles más emblemáticas de Cuernavaca estén llenas de bolsas de basura no es lo más preocupante, sino la insalubridad que esto genera y la posibilidad de que ríos y barrancas se contaminen con los desechos sólidos tirados irresponsablemente.
Se debe actuar rápido para evitar males mayores, pero las autoridades municipales –no sólo de la capital de Morelos- se han deslindado cuando la prestación de los servicios públicos es su responsabilidad constitucional.
Parece que los alcaldes salientes quieren ser recordados por su incapacidad extrema.