Los municipios indígenas ideados por Graco Ramírez con fines electorales finalmente sí han sido un problema. Uno de ellos no se puede instalar por una controversia constitucional.
Otro más está detenido por disputas internas de habitantes de Hueyapan y dos se instalaron pero carecen de presupuesto e incluso, técnicamente, de territorio, porque el decreto de creación no ha sido acompañado por el deslinde respectivo.
Y además, carecen de presupuesto, por lo que no pueden operar de manera correcta para brindar servicios a sus habitantes y mucho menos, obras.
Los conflictos en esos lugares se suman al caos que heredó el exgobernador perredista, quien en lugar de estar en la cárcel se ríe de lo que hizo con los moreleneses.