La Universidad Autónoma del estado de Morelos requiere con urgencia de los recursos necesarios para hacer frente no sólo a su déficit acumulado, sino a su operación normal, ya que los recursos presupuestados no alcanzan a cubrir siquiera el pago de la nómina hasta el último día de diciembre.
El año pasado se consiguió una inyección extraordinaria de 400 millones para cubrir ese rubro, pero el 2019 ofrece un panorama similar.
Ayer, el sindicato de trabajadores académicos dio un gran paso al sacrificar el presente para tener un futuro más claro: ofreció que el dinero que debería destinarse para cubrir un aumento salarial del 3.5 por ciento se destine para pagar las catorcenas del segundo semestre, a fin de paliar un poco la falta de liquidez que se deslumbra.
Lo anterior es un movimiento importante, aunque se requieren muchos más para garantizar la viabilidad de la institución de educación superior más importante del estado y una de las más destacadas del país.