Los trabajadores de la Fiscalía General del Estado han paralizado labores no para exigir un aumento de sueldo, sino la entrega de más de 200 millones de pesos a la institución en la que trabajan.
La medida de presión ha causado serios estragos entre los ciudadanos que acudieron infructuosamente a algunas de las sedes de la FGE para realizar un trámite necesario.
El problema financiero que dice vivir la fiscalía se deriva de que el anterior gobierno desvío los recursos que debían destinarse a la institución, y que malamente habían sido extraídos de fondos y fideicomisos que incentivaban las actividades productivas.
Parece que lo más lógico es que la Fiscalía sea diligente e investigue el destino de ese dinero, para recuperarlo y sancionar a los responsables.