Situaciones ajenas a la entidad han terminado por afectar dos importantes rubros del sector educativo morelense: un recorte al presupuesto federal generó una protesta de los trabajadores del subsiste educativo del Colegio de Bachilleres que dejó sin clases a miles de estudiantes y afectó a personas ajenas al conflicto, lo mismo que ocurrió en la Universidad Autónoma del estado de Morelos, donde una movilización del sindicato de trabajadores administrativos afectó no solo a la comunidad de la UAEM sino a quienes estudian o trabajan en las instalaciones que la UNAM tiene en el campus Chamilpa.
Allí el problema también es financiero pero no tiene solución dentro de la propia universidad ni siquiera en el estado de Morelos, sino que depende de esfuerzos internos y gestiones ante el gobierno federal.
Lo menos que puede hacerse es un llamado a la conciencia de los manifestantes para que encuentren una forma de protesta que no perjudique a la sociedad de la que forman parte y que sea más específica, porque al final ellos mismos saldrán perjudicados y no contarán con el apoyo de la comunidad.