La mayor parte de los alcaldes, regidores y síndicos que han ocupado el cargo antes del actual trienio han pasado por encima de la ley e incumplido sus obligaciones, en el entendido de que la responsabilidad que se les reclamaba era temporal e institucional y cesaría al dejar el cargo.
Sin embargo, la justicia administrativa tiene la virtud de perseguir de manera individual al infractor, independientemente de si sigue o no en el cargo. Las multas que aplica son individuales y deben ser pagadas con dinero del responsable y no con cargo al erario.
Por eso debe conocerse ampliamente la situación que viven quienes aquellos que fueron alcaldes, síndicos, regidores o tesoreros municipales y que en su momento fueron sancionados por el Tribunal de Justicia Administrativa, para que quienes hoy ocupan en un cargo público sepan que no se libran fácilmente de sus responsabilidades.
No hay nada más disuasorio que el ejemplo. Esperemos que así sea.