Lo que parece ser la formalización de la temporada de lluvias ha traído más de un inconveniente para la población de Morelos, principalmente por la caída de árboles.
Sin embargo, a casi dos años del sismo del 19 de septiembre aún hay muchos daños ocultos que la temporada pluvial puede sacar a la luz de un momento a otro.
Bardas y viviendas completas que no fueran revisadas adecuadamente pueden ser dañadas por el agua y el viento, sin hablar de infraestructura urbana como puentes y carreteras.
Los ciudadanos debemos cooperar para, en la medida de lo posible, evitar daños.
Mantenerlos alertas ante cualquier señal de riesgo y hacer el reporte a las autoridades puede evitar esas tragedias que pueden ocurrir en una gran tormenta o en por la noche.
Tenemos que aprender a cuidarnos mientras ayudamos a otros, para que ninguna época del año sea de peligro.