Las reformas emprendidas en los últimos meses modificaron los procesos de enseñanza aprendizaje de tal forma que este ciclo será de adaptación tanto para los escolares como para los propios docentes.
Eso significa que el tiempo de clases se ha vuelto doblemente valioso, pues en la enseñanza el tiempo perdido se repone en lo referente al cumplimiento de la normatividad, pero no en lo que tiene que ver con los conocimientos adquiridos por el alumnado.
La escuela pública ha vivido años de retroceso frente a la enseñanza privada, lo que compromete el futuro inmediato de la nación.
Urge revertir los rezagos y mejorar la calidad de la enseñanza. Los profesores y sus directivos tienen la aprovechar el tiempo de la mejor manera posible para que al término del ciclo escolar tengamos estudiantes con una mejor preparación.