Las divisiones internas en el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han tenido un elevado costo para los morelenses, ya que están en el origen de la parálisis que afecta al Poder Legislativo.
Ahora que se ha convocado a elecciones para renovar su directiva estatal, las fracturas pueden dañar también a la entidad, contrario a lo que se esperaba luego de que la población votó mayoritariamente por sus siglas, en un intento por lograr un cambio radical sobre la forma en que hasta ese momento se gobernaba.
La mayoría electoral recibida en el 2018 no es una carta en blanco, pero así ha sido tomada.
Ese y todos los partidos se financian con recursos públicos, por lo que tienen la obligación de cuidar el interés social.
Eso significa que los morenistas deben poner a sus electores por encima de todo y dejarse de divisionismos que han terminado por paralizar las instituciones.