Una vez más los ciudadanos han sido tomados de rehenes. Los daños a la economía local han sido enormes, sin contar con el malestar que las personas de todas las edades han debido sufrir sin motivo alguno.
Para colmo, la jornada estuvo marcado por el intento de que fuera la política y no la razón la que resolviera las demandas de la gente insensible e irracional que decidió cerrar importantes calles de Cuernavaca, así como carreteras y otros puntos.
Los invasores de la Sierra de Montenegro quieren ocupar un lugar que públicamente es una zona natural protegida.
Los becarios saben que su problema es de índole federal y que no se resuelve en Cuernavaca.
Las normalistas de Amilcingo se consideran con el derecho a secuestrar autobuses y robar mercancía bajo el pretexto de que conmemoran a su fundador, pero olvidan que el resto de los ciudadanos también tienen el derecho a circular libremente.
En su momento todos ellos seguro se molestarán cuando les toque vivir el papel de víctimas, exactamente el que cientos de miles de personas debieron soportar ayer.