Innegablemente la caja de ahorro del SNTE, como siempre se la ha conocido, fue un productivo negocio por tener garantizada su operación debido a que los préstamos a los socios tenían un retorno seguro a través de los descuentos forzosos que se practicaban en los cheques de los trabajadores de la educación, por lo que la medida anunciada ayer constituye un duro golpe a lo que también fue una fuente de financiación para las actividades sindicales.
La muerte de quien por lustros manejo esa caja de ahorro -pomposamente llamada “Cooperativa de Ahorro y Préstamo del Magisterio de la Sección 19 del S.N.T.E., S.C. de A.P. de R.L. de C.V.”-generó una larga disputa que no tiene fecha de solución.
Pero también ha puesto a la luz la falta de cumplimiento de la normatividad que le ley exige a ese tipo de organizaciones, de lo que se pueden derivar responsabilidades que no se sabe quién las asumirá.
El SNTE ha demostrado más de una vez su capacidad para reciclarse, por lo que no se puede dudar de que encontrará la manera de operar otro organismo para administrar el dinero de sus representados, pero por lo menos la caja de ahorro, tal y como la conocimos, se encamina al final de su existencia.