En otras latitudes debería resultar vergonzoso que a los que integran los mecanismos de lucha contra la corrupción les exhorten a respetar la ley, pero en Morelos a esos extremos hemos llegado.
Ayer la Federación de Colegios y Asociaciones de Profesionistas del Estado de Morelos (FCAP) hizo el llamado a respetar la ley a quienes tiene la misión de velar por su cumplimiento y sancionar las faltas.
El desprestigio del llamado sistema estatal anticorrupción no parece preocupar a quienes lo integran, ocupados como están en sus luchas internas y en lograr posiciones laborales para sus allegados.
Un escenario así en un lugar con más ética obligaría a la renovación del sistema, pero aquí los involucrados ni siquiera se dan por aludidos.
Por otro lado, resulta grave que quienes se dedican a robar el cableado eléctrico de las escuelas públicas puedan seguir con sus golpes en la total impunidad.
Sus acciones han afectado a miles y miles de estudiantes y nada parece frenarlos.