Aunque seguramente alguien terminará por interponer un recurso judicial, el sentido común parece indicar que es necesario empezar de cero en el proceso para consolidar diferentes nombramientos.
En especial nos referimos al de titular de la Entidad Superior de Fiscalización y el puesto de secretario técnico del sistema estatal anticorrupción.
Aunque el primer procedimiento no ha culminado se tienen demasiadas dudas sobre el mismo. La misma situación que ha dejado moralmente tocado a quien ocupa el cargo citado en el sistema anticorrupción, que sigue igual de inoperante desde que nació.
Todos los cargos públicos deberían ejercer su labor sin ningún tipo de estigma, pero especialmente aquellos puestos de naturaleza delicada y la obligación de indagar sobre el uso de los recursos públicos es estratégica y debe ser confiable sobre todas las cosas.
Abreviar los tiempos para sacrificar credibilidad no suena a una buena apuesta.