Los locatarios de las plazas Lido y Degollado que ocuparon la calle Guerrero el 3 y 4 de enero provocaron un enorme daño económico al comercio formalmente establecido en ese lugar y violaron la normatividad, así como los pactos logrados con la alcaldía de Cuernavaca.
Aunque no todos los comerciantes participaron en esa acción, el ayuntamiento de Cuernavaca ha anunciado un proceso jurídico para anular la concesión de los locales que los infractores tienen en las plazas comerciales construidas antes del año 2000 para reubicarlos.
Es posible que esa anulación ocurra y de ser así sentaría un necesario precedente que podría frenar nuevos excesos.
Entre el comercio informal y los transportistas de todo tipo los espacios públicos de Cuernavaca se han ido ocupando poco a poco y el peatón ha quedado relegado, lo mismo que aquellos negocios formales, que pagan impuestos y sostienen fuentes de empleo.
Esperemos el final del procedimiento y que este fructifique para que los agitadores sepan que las acciones en contra de la ciudadanía tienen consecuencias.