Es una lástima que hayan prevalecido otros criterios a la hora de analizar la implementación del llamado operativo mochila a la entrada de las escuelas de nivel básico.
El nivel de riesgo que conlleva la libre introducción de todo tipo de objetos a las escuelas ya está más que demostrado.
No olvidemos que en la entidad ha habido al menos un episodio en el que un alumno ha amenazado con un arma a un docente.
Sin embargo, todo eso no se consideró, aunque ya establecer revisiones aleatorias es un avance que puede disuadir malas conductas.
Lo que se debe cuidar es la integridad de todas las comunidades escolares y eso implica hacer una renuncia de la privacidad individual, aunque esa privacidad no se vería afectada si en las escuelas los estudiantes solo llevan los artículos necesarios para su desempeño.
Esperemos que más adelante la medida pueda endurecerse y con eso se eviten males mayores.