No es bueno que quienes viven o acuden de manera regular a Cuernavaca se acostumbren a que de manera inesperada o a veces con algún tipo de anuncio previo los accesos principales a la ciudad queden bloqueados por largas horas.
Por mucha razón que tengan los grupos que se organizan para realizar las protestas no se justifican los salvajes métodos que terminan por conculcar los derechos de toda la población.
Por supuesto, quienes tienen un cargo de representación tienen como papel principal cumplir con su deber y cuando no lo hagan deben asumir las consecuencias legales de la omisión o de la acción incorrecta, pero no dar motivo a que la inconformidad ciudadana llegue a extremos como los de ayer.