El video difundido en redes sociales por una ciudadana del momento en que un autobús del servicio público es apedreado por negarse a pagar a un grupo en una de las casetas de cobro de la autopista del Sol señala la peligrosidad que esa práctica ha tomado gracias a la impunidad con la que han podido actuar las personas que exigen dinero a los automovilistas a cambio del paso.
Lo que pudo parecer asunto pintoresco en poco tiempo se volvió en una experiencia terrorífica sin que las autoridades federales hayan actuado con contundencia.
El peligro que choferes del servicio público, sus pasajeros y los automovilistas que por necesidad o desconocimiento transitan por las autopistas que cruzan Morelos es elevado. No solo para sus bienes (los vehículos) sino para la integridad de las personas.
Todo eso sin mencionar la repercusión económica que tendrá en el turismo el saber que para cruzar Morelos se debe vivir ese tipo de riesgos.
El gobierno federal debe actuar de inmediato, pero de forma permanente, para garantizar la seguridad de la ciudadanía.
El operativo realizado la tarde de ayer por las autoridades estatales deber ser seguido por nuevas actuaciones del gobierno federal que inhiban en su totalidad el tipo de conductas aquí señaladas.