Una de los grandes beneficios de volver al semáforo naranja es la reactivación de los tribunales, los cuales fueron cerrados demasiado tiempo ya, lo que no solo ha dañado a los justiciables, sino que depauperó al gremio de los abogados, que perdieron su fuente de ingresos.
La profesión ha sido fuertemente afectada por la pandemia y seguramente deberán reinventarse quienes a ella se dedican, pero el sistema de impartición de justicia tiene que sufrir una reforma urgente y drástica, a fin de acoplarse a los nuevos tiempos.
Todo lo que ha ocurrido en el sector ha provocado una depuración no prevista, con huecos que deberán cubrirse a fin de que salgamos de la emergencia sanitaria en condiciones de alcanzar cuanto antes la normalidad.