Una parte de los productores cañeros afiliados a una organización priista mantienen cerradas las bodegas donde se almacena la producción de azúcar de los dos ingenios que funciona en la entidad.
Las medidas de presión no son nuevas, pues desde hace varios años se repiten para presionar sobre el destino del producto o para tratar de lograr mayores ingresos.
Sin embargo, si se prologan lo suficiente como para saturar los almacenes la producción azucarera se resentirá y con ello también la economía de las miles de familias que dependen de la industria.
Se antoja fuera de lugar una protesta que paraliza una de las pocas actividades económicas que continúan con normalidad.
Mientras sectores económicos enteros luchan por sobrevivir, un grupo trata de paralizar algo que sí funciona. Habría que investigar el interés detrás de la protesta y los daños que ocasionará a sus mismos promotores.