Desde que hace 20 años se expidieron miles de concesiones de taxi el servicio la oferta de ese tipo de servicio se desbordó, aunque la demanda fuera la misma.
Sin embargo, ese desequilibrio no redujo las tarifas, sino al contrario, mantuvo o incremento los excesos de los choferes en contra de los usuarios, algo que solo pudo frenar la irrupción de las plataformas de transporte.
Ahora la pandemia parece haber puesto las cosas en su sitio y frenar drásticamente la presencia de un servicio que se ha había convertido en una salida al desempleo, pero también en la fuente de inagotables problemas sociales, incluida la manipulación de los taxistas por parte de los partidos para que realizaran bloqueos y manifestaciones.
La salida del confinamiento traerá un nuevo panorama en el sector del transporte. Quienes por décadas se habían acostumbrado a la alta rentabilidad que les proporcionaba su concesión se enfrentan hoy -por fin- a la realidad.