Finalmente, el lunes próximo llegaremos al ansiado semáforo verde, que permite la apertura de las actividades económicas, aunque conserva las reservas y el uso de las medidas de protección necesarias para evitar los contagios por el coronavirus que ha provocado la pandemia.
Desde el jueves el sector empresarial manifestó su preocupación sobre la conveniencia de esa apertura, que si bien traerá innegables beneficios económicos puede poner en riesgo la salud y la vida de las personas.
La responsabilidad de que la medida no se revierta es de toda la población. Mantener el uso del cubrebocas, el lavado constante de manos y la limpieza de superficies salvarán vidas, por mucho que los contagios y los decesos se hayan reducido significativamente, porque las posibilidades de contagio están latentes.
Y no se trata de que adoptemos medidas para mantener las estadísticas en el nivel más bajo, sino para preservar la vida de aquellos a quienes apreciamos.