Desde hace demasiados años Morelos se caracteriza por judicializar toda clase de decisiones, sean de autoridades de cualquier nivel, electorales o disputas entre particulares que podrían arreglarse por la vía de la conciliación.
Parece un deporte local acudir a los tribunales, por lo que no será extraño que esta elección rompa todos los registros anteriores en la materia.
El trabajo será, por supuesto, para los tribunales electorales, pero al fin y al cabo será siempre lo mejor, porque las alternativas no son nada recomendables.
Es difícil pedirle a los partidos políticos y a sus candidatos que acepten la decisión de las urnas, pero sí se les debe exigir que acaten las resoluciones judiciales. Al final, los magistrados y ministros nos darán un resultado certificado y depurado del proceso electoral del domingo.