Hasta hace no mucho tiempo el área de Protección Civil servía a los alcaldes para colocar a sus familiares o amigos.
A pesar de que tiene años que la ley exige preparación en el área, Morelos tiene el honroso honor de haber tenido -entre otros excesos- un director municipal de Protección Civil que en realidad era chef, profesión honrosa como pocas pero inadecuada para atender una misión que implica salvar vidas.
Hoy se ha hecho un oportuno exhorto a elegir de manera adecuada a quienes ocupen esos lugares. Ojalá que sea un incentivo el recordatorio de que la responsabilidad legal de una tragedia que puede evitarse recae directamente en los alcaldes.