La tercera ola de la pandemia apenas comienza a notarse en Morelos, pero ya es muy visible en otros lugares del país, como el Estado de México o la misma capital de la república.
El alto porcentaje de población en Morelos que ya ha sido inmunizada puede hacer la diferencia, excepto por el problema que ya se comienza a vislumbrar: la resistencia in justificada de las personas menores de 40 años a vacunarse.
En los grupos de edad que fueron considerados prioritarios las largas colas fueron una característica común, lo que contrasta con los grupos que ahora son atendidos. Esa resistencia a la inmunización puede abrir peligrosos huecos que alteren los índices sanitarios que determinan las condiciones de confinamiento.
Sería un duro golpe a la economía cualquier retroceso. Ese impacto perjudicaría directamente a los menores de 40 años, porque constituyen el grupo más amplio de la población en edad productiva.
Es irónico que -sin no cambian las conductas perjudiciales- el grupo de edad más vulnerable a la economía termine por perjudicarse a sí mismo. Lo mejor es vacunarse para acabar de una vez por todas con esta pesadilla.