Ahora que se ha integrado en su totalidad el Pleno del Tribunal Superior de Justicia con los 19 magistrados que la integran es de desear que no se revivan las viejas pugnas provocadas por la anterior presidenta que terminaron por paralizar muchas de las funciones sustantivas del Poder Judicial o que permitieron abusos cuyas consecuencias aún brotan.
La entidad necesita instituciones fuertes y hasta hace poco tanto en el Poder legislativo como en el Judicial los enconos impedían el desempeño adecuado de sus labores.
Eso ha terminado por costar caro a la población de Morelos, que además enfrenta los retrocesos causados por la pandemia.
Ahora a los magistrados corresponde demostrar que su compromiso es más con la sociedad que con los grupos y facciones que pelean intereses egoístas.