El Poder Judicial en manos de Carmen Cuevas López fue inoperante por la división que reinaba en su máximo órgano de gobierno, mientras el Poder Legislativo marcaba tristes récords por la exagerada falta de acuerdo en prácticamente todos los temas que debía abordar.
Desde que comenzó la alternancia en el poder en el cada vez más lejano año 2000, el Congreso del estado ha sido integrado por personajes que en su conjunto pelean con ahínco el lamentable título de “la peor legislatura”.
La que ayer concluyó probablemente ganó a pulso esa denominación, pero ahora es tiempo de renovación y de pedir a quienes representan a la ciudadanía y a los partidos que rompan el círculo vicioso que tanto daño ha hecho a Morelos.
El inicio hasta ahora ha sido esperanzador porque sí ha habido consensos para integrar los órganos de gobierno del Poder legislativo y las comisiones.
Esa dinámica debe mantenerse para que quienes integran la actual legislatura se ganen un lugar en la Historia de Morelos, que estaría bien merecido luego de lustros de pasar tragos cada vez más amargos.
Por lo pronto, el recorrido de tres años ya ha comenzado.