La llegada de una nueva legislatura ha sido tersa. Más allá de algunas voces discrepantes, prevalecieron en la ceremonia de ayer los llamados a la unidad y a la superación de intereses partidistas en bien de la entidad.
La realidad ofrece casi de inmediato oportunidades para demostrar lo planteado, con temas que van de lo urgente -la reforma laboral- a lo político, como los diversos nombramientos en puerta.
Y no olvidemos que hay un factor de desestabilización muy visible, que ya actuó en la legislatura anterior. nos referimos a la diputada del PT y su amplia experiencia legislativa, que hace tres años le permitió durante un año controlar los recursos del congreso e incurrir en excesos en la comisión que temporalmente presidió, la misma que ahora ocupa de nuevo. Y si ya la “chamaqueó” una vez a sus ex colegas, nada le impide repetir la hazaña, por lo que es -como decíamos- un factor de desestabilización nada despreciable.
Hay muchos retos por delante.