Los destrozos causados la madrugada del domingo por un grupo de vecinos de la comunidad de Amayuca, municipio de Jantetelco, habla de que quienes dicen buscar justicia por propia mano en realidad quieren simplemente dar rienda suelta a una furia que no está debidamente explicada pero que no tiene fundamento.
Al frustrarse su intención de matar a dos hombres acusados de robar en esa comunidad, la muchedumbre destruyó equipo de transporte de la Policía, que se requiere de forma permanente y que además no es fácil de reponer.
Serán los impuestos el camino para restituir el daño, pero además de contar ahora con menores recursos para prevenir el delito, seguramente la Policía de la región mostrará reticencias a desarrollar su trabajo en Amayuca, lo que puede propiciar que el lugar se convierta en refugio de delincuentes, como ha ocurrido en otros lugares que limitan la operación de las corporaciones policiacas.
Se trata de un círculo vicioso que por algún lugar debe romperse para evitar que ese tipo de situaciones vuelvan a repetirse.