Será una tarea de paciencia armar el presupuesto para el 2022 y hacer que los recursos disponibles se repartan de la mejor manera.
Las solicitudes de toda clase de entes para recibir mayores recursos choca frontalmente con la escasez de dinero producto lo mismo de los efectos de la pandemia en la recaudación que por los recortes del gobierno federal o los gastos crecientes para el presupuesto de salud.
Sin embargo, es una realidad que varios de los solicitantes de recursos necesitan el dinero parta garantizar la viabilidad de su operación.
La legislatura anterior resolvía esta clase de dilemas de la manera más fácil posible: con su plena y absoluta omisión y una rectificación parcial cuando las cosas ya estaban por desplomarse.
Esa actitud hoy se paga muy alto, por lo que esperemos que no se repita sino que el análisis financiero sea profesional y se haga lo posible por ahora sí impulsar el desarrollo de la entidad.