Debido a que mucha gente dejó de acatar las reiteradas citas para vacunarse en los días en que se programó para su rango de edad, ahora los centros de inmunización se hayan desbordados por largas filas de rezagados, lo que retrasa la aplicación de la vacuna a los adolescentes a los que corresponde el turno.
Todo eso tiene como lado bueno el hecho de que tanta gente finalmente haya optado por vacunarse, lo que contribuirá a evitar más muertes y a evitar que el virus incremente su peligrosidad, porque -como lo señalan los registros oficiales- la mayoría de quienes a partir de la tercera ola terminaron en el hospital carecían de la protección de la vacuna.
Ahora que ya se tiene más conciencia de que se necesita la protección del biológico, confiemos en que la ciudadanía acate las fechas en que se aplicará la tercera dosis, para que se avance más en la cobertura y no se desperdicien los valiosos recursos humanos y materiales que las autoridades de los tres niveles de gobierno invierten en el proceso.