La condena que ha recibido la mujer que explotaba sexualmente a una adolescente extranjera resulta inusual pero representa un enorme precedente en el combate a la trata de personas, especialmente a la de índole sexual, que en Morelos -según los datos oficiales- no es un asunto menor.
Seguramente se requirió de mucho esfuerzo para hacer posible que la víctima, en el caso que nos ocupa, no solo pudiera ser rescatada de su explotadora, sino que se evitara su deportación y se le brindaran condiciones dignas que hicieron posible conocer su testimonio.
Hablamos e una concordancia lo mismo de las autoridades estatales y federales que los Poderes Ejecutivo y Judicial. Es un esfuerzo loable y un ejemplo de lo que se pueda hacer para combatir ese flagelo.