Finalmente, el peor escenario se ha dado: los integrantes de la actual Legislatura han agotado los plazos fijados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación para cumplir varias sentencias favorables al Poder Judicial de Morelos.
Las sanciones por el incumplimiento no son poca cosa y el margen de maniobra de los diputados y diputados se redujo peligrosamente.
Eso pone de manifiesto la necesidad de recuperar la unidad en el Poder Legislativo, rota intempestivamente a comienzos de diciembre con consecuencias demoledoras.
La oportunidad histórica de apartarse de la trayectoria de sus antecesores aún es alcanzable si el tiempo que resta a la Legislatura prevalecen el diálogo y la madurez.
Los disensos son naturales, pero cuando estos llevan a la parálisis, entonces es necesario hacer algo. Conminados por la Corte, es posible que los integrantes del Congreso retomen el paso y todos los procedimientos pendientes lleguen a buen término.