En septiembre se cumplen cinco años del devastador sismo que el 19 de septiembre de 2017 destrozó gran parte de la ciudad de Jojutla y causó daños severos en otras poblaciones de Morelos.
Desde entonces ha habido cambios que pueden contribuir a que el riesgo se reduzca cuando se presente una catástrofe natural de esa magnitud.
Sin embargo, la rápida movilización de la ciudadanía ha estado supeditada a que la gente perciba el sismo cuando éste ya está activado. La alarma sísmica que se ha puesto en funcionamiento puede brindar un tiempo de respuesta valioso, así sean unos pocos segundos.
Las vidas humanas son lo más valioso que debe preservarse. Para lograrlo se requiere ahora que en torno al nuevo sistema de alertamiento se desarrollen los suficientes simulacros que acostumbran a actuar cuando el sonido de alerta lo indique, pero tenerlo puede considerarse un avance considerable.