Aunque no se lograron acuerdos, finalmente los veinte diputados locales lograron sentarse a negociar para buscar una solución al conflicto que paralizó desde diciembre todas las actividades trascendentes del Poder legislativo.
Aunque hasta este viernes las posturas de los dos grupos en pugna aparecen como irreconciliables, el hecho de que finalmente pudieran coincidir todos los legisladores bajo el mismo techo es un paso favorable, pero sobre todo necesario, pues el tiempo avanza inexorablemente y se cumplen los términos de diversos asuntos que deben resolverse en acatamiento a las responsabilidades intrínsecas de quienes fueron electos para legislar en nombre de la ciudadanía de Morelos.
No hacerlo acarreará responsabilidades que les son exigibles y que pueden provocar un panorama inédito en la historia de Morelos.