El comercio informal es uno de los más graves problemas de Cuernavaca, que se agudizó con motivo de la pandemia e incluso ha tomado nuevas formas, derivado del uso de las redes sociales.
La iniciativa del actual gobierno de comenzar a ordenar a quienes desarrollan esa actividad ha puesto sobre alerta a los líderes que protegen y promueven esa actividad, que ayer solicitaron participar en el proceso, lo que habla de que ven con seriedad la iniciativa oficial.
Sin embargo, se requerirá de un meticuloso análisis para al final determinar quiénes podrán seguir utilizando la vía pública y los lugares que se destinarán para ese fin, para de esa forma dejar atrás la influencia de las diversas organizaciones que de forma arbitraria han entregado “permisos” para ejercer el comercio ambulante con el único fin de medrar con cuotas y otros ingresos derivados de esas falsas autorizaciones, pero en detrimento de los negocios establecidos y de la imagen urbana de una ciudad que hasta no hace mucho vivía del turismo y que hoy languidece.