México fue alguna vez un gran productor de vacunas de todo tipo, pero la llegada del neoliberalismo a través de los gobiernos priistas de la época provocó un giro encaminado a importar y en ya no producir vacunas, bajo el pretexto del ahorro.
Hoy dependemos del mercado internacional para la mayor parte de los biológicos que evitan las enfermedades más comunes. En el caso del covid no podría ser la excepción.
La escasez mundial de vacuna pediátrica de la única empresa que la produce y comercializa nos alcanzó y eso es más que evidente, por lo que no se comprende la actitud de los directivos escolares que exigen como requisito de inscripción el certificado de vacunación, que es prácticamente imposible de tener porque solo se emite a los niños que tienen su dosis completa.
Aunque parece de sentido común no lo es para mucha gente con poder de decisión que con sus posturas solo ha provocado que se generen fricciones sociales. Es tiempo de rectificar.