Las lluvias de las últimas horas volvieron a causar estragos en varios municipios de la entidad, no por el desbordamiento de los ríos, sino de las barrancas que cruzan las zonas afectadas.
El uso irracional de los cauces y el permanente depósito de basura de todo tipo tiene cada vez mayores consecuencias.
Todo eso debe tomarse en cuenta porque aún faltan las lluvias torrenciales de septiembre, donde las precipitaciones superan lo usual.
El mantenimiento de la infraestructura hidráulica y el desazolve de las redes de drenaje ayudan, pero esa labor debe realizarse con más frecuencia.
Los morelenses comenzamos a ser víctimas de la Naturaleza afectada por el desarrollo urbano desmedido y por la falta de planeación.
Remediar el problema será muy costoso, pero es necesario.