La secretaría de Salud zanjó ayer cualquier polémica sobre la posibilidad de colocar puntos fijos para vacunar contra covid a los niños en las escuelas.
Aunque una medida así quizá permitiría aumentar el porcentaje de infantes inmunizados, lo cierto es que eso debe hacerse con el método actual.
Los padres de familia no pueden alegar que están impedidos para hacerlo en los puntos de inmunización instalados en centros de salud y hospitales porque estos han ofrecido el servicio de forma casi permanente desde hace meses.
La salud de los menores debe ser una prioridad para cada familia y no debe ser una situación condicionada a la comodidad, sino a la disponibilidad ya comprobada de la vacuna en los lugares que todos los días se publicitan ampliamente.
No hacerlo –como hoy ocurre- pone a niños y niñas en riesgo de contraer una enfermedad que en la mayoría de los casos no provocará ni molestias, excepto en aquellos infantes que tienen una susceptibilidad que los puede poner en riesgo.
Nadie debería ponerlos en peligro, pero es lo que hacen los padres que aún no los llevan a vacunar.