Armados con una interpretación inexacta (o incompleta, que para el caso es lo mismo) de lo que será el presupuesto de ingresos 2023, el grupo de legisladores que mantienen secuestrado el Congreso local se negaron a atender las razones de los alcaldes que han sido marginados en el citado documento.
Los alcaldes representan a la población de su municipio, que es la directamente afectada por la asignación ventajistas de los recursos públicos.
Con el incremento que se asignó a las participaciones municipales en lo general se pretende lavar la cara de los excesos cometidos al favorecer descaradamente a varios familiares de los legisladores que impusieron la cuestionada decisión.
Esta terquedad solo lleva directamente a la confrontación jurídica, que no provocará otra cosa que la falta, una vez más, de un presupuesto que pueda aplicarse para lo que se requiere.
Esa es la enorme responsabilidad que asumirán quienes seguramente tendrán el descaro de buscar otro puesto de elección en 2024.
Pero como se comprobó en los comicios pasados, el pueblo, el electorado, aunque no opine tiene memoria y se cobra duramente los agravios.