Las autopistas de cuota que cruzan Morelos no se encuentran en las mejores condiciones pero aplican elevadas tarifas, lo que las ha convertido en un factor destacado para frenar la productividad estatal.
La carísima autopista Siglo XXI (atravesarla desde su origen en Jojutla hasta su final en territorio morelense en Temoac cuesta alrededor de 200 peso por un tramo que no supera los ochenta kilómetros) se encuentra en condiciones lamentables en varias partes del trayecto al grado que constituye un peligro mortal para los conductores.
La autopista del Sol tiene aún varios tramos dañados y el ramal a Cuautla de la autopista México-Cuernavaca sigue en construcción, pero en todas se cobra como si fueran nuevas y de primera calidad.
Hacen bien los empresarios en inconformarse por el próximo aumento en los peajes. Eso alimentará la inflación y perjudicará aún más la competitividad de la economía morelense.