Aunque trate de soslayarse la actividad de los diputados que componen la actual Legislatura, no hay manera de permanecer indiferente ante los excesos en que incurren todos los días.
Apenas el miércoles el grupo que controla el Congreso local realizó una serie de reformas que le permitieron apoderarse del cien por ciento de las comisiones y tener injerencia decisiva en la bancada parlamentaria más numerosa.
Ahora trasciende que a pesar del jugoso presupuesto que se asignaron, los proveedores del Poder Legislativo no reciben los pagos por los servicios prestados, no obstante que el presupuesto sigue fluyendo, lo que lleva a la pregunta de qué se hace con tanto dinero.
Pero esa será una pregunta sin respuesta, por las formas antidemocráticas en que se controla al Congreso.