El ahora llamado G-15 hipócritamente se decidió a crear una Comisión Legislativa Especial para el Seguimiento de Feminicidios, a raíz de varios acontecimientos relacionados con el tema, pero ni siquiera ha comenzado alguna labor referente al asesinato de su homóloga Gabriela Marín Sánchez.
En su búsqueda de reflectores, los diputados que malamente controlan el Congreso trataron de lograr réditos mediáticos a costa de víctimas de uno de los delitos más terribles que existen.
Tan de relumbrón fue ese acto que carece de cualquier resultado varios meses después, además de que por diversas vías se ha exhibido la ignorancia jurídica de los promotores.
El asesinato de Marín Sánchez seguramente quedará impune, como tantos más, porque ni siquiera sus compañeros de curul han movido un dedo para que las cosas cambien.