Aunque con la llegada del calor las posibilidades de que se propague el virus de la influenza se reducen notablemente, las personas que se encuentran entre los grupos de riesgo no están a salvo a menos que se apliquen el biológico.
La campaña de inmunización contra esa enfermedad concluirá en 20 días y después será dificultoso conseguir la vacuna, por lo menos de forma gratuita.
La protección contra ese mal está al alcance de la mano de las personas que lo requieren, aquellas que por su edad -muy jóvenes o mayores de sesenta años, principalmente- pueden ver comprometida su salud si se contagian.
Todo parece indicar que hemos olvidado la terrible experiencia que llegó con la pandemia de covid 19, cuando las vacunas fueron la salida al terrible confinamiento y a la elevada mortalidad. Aunque la influenza no alcanza esos niveles de peligrosidad, para aquellos susceptibles vacunarse es la diferencia entre la vida y la muerte. Y muchos no lo han hecho.