El ataque a balazos que ayer costó la vida de dos hombres ocurrió en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Cuautla.
Ya no fue el habitual ataque en una colonia alejada, sino que en pleno Centro y en medio de gran movimiento de peatones la delincuencia atenta contra sus blancos sin temor.
La autoridad municipal ha omitid cumplir muchas de sus obligaciones y eso ha creado un peligroso vacío de poder que el crimen organizado decidió ocupar, y en medio han quedado los ciudadanos.
La omisión del cumplimiento del deber acarrea una grave responsabilidad para las autoridades involucradas, aunque corresponde al Congreso local exigir o sancionar ese incumplimiento. Quizá la disfuncionalidad del Poder Legislativo lo explique todo.