Los sesenta millones de pesos que el ayuntamiento de Cuernavaca debe pagar a una empresa que hizo negocios con el gobierno municipal en el trienio anterior muestran el terrible panorama que dejan las personas que desde el poder se mueven discrecionalmente.
El exalcalde de la capital tiene decenas de acusaciones sobre su espalda y cada día aparecen nuevas cosas.
Seguramente algo así ocurrirá cuando concluya la actual legislatura y comiencen a brotar los efectos indeseados de los excesos que se cometen con un presupuesto de 50 millones de pesos repartidos al arbitrio de unos cuantos.
Permitir esa actuación sin límites a un reducido grupo de diputados le costará muy caro a Morelos.
Desafortunadamente, solo es necesario esperar para que se conozca todo lo que hoy se realiza en la más completa oscuridad.