Los trabajadores que fueron despedidos de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro reaparecieron ayer para exigir su reinstalación, tal y como dicen que lo negociaron con el gobierno federal.
Su regreso a la vida pública nos recuerda que la sociedad, cuando es víctima de excesos, termina por hacer sentir su postura, lo que ocurrió cuando el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa decidió de un día para otro desaparecer a la mencionada empresa, cuyo personal daba un pésimo servicio a sus usuarios, entre los que se contaban los habitantes de Cuernavaca.
Hubo muy poca solidaridad de la población ante la medida, por el resentimiento que provocó el pésimo servicio que recibían de la compañía eléctrica. No hubo una gran respuesta a las demandas de los despedidos, lo que debe ser una lección para quienes desde algún organismo oficial o empresa de gobierno castigan a los usuarios.