Los restauranteros de Tres Marías han anunciado una campaña para tratar de recuperar la clientela que perdieron por la ola de asaltos y homicidios que azotó a esa comunidad del municipio de Huitzilac.
Señalaron que crearán una zona segura en los linderos de sus negocios y pedirán una mayor intervención de los tres niveles de gobierno, luego de que han perdido en promedio a la mitad de su clientela, que prefiere no arriesgarse a ser víctima de los delincuentes que operan en la región.
Parte del problema es que los criminales están arraigados en la comunidad, que por complicidad o temor los protege, o al menos no los denuncia, lo que hace que el problema de seguridad en Tres Marías sea estructural y no temporal.
Se requiere efectivamente mayor eficacia de las corporaciones policiacas, pero también un compromiso de la población para aislar a quienes le han dado esa terrible fama.
El esfuerzo anunciado ayer es entendible y loable, pero mientras no haya un cambio de actitud de los vecinos las cosas seguirán como hasta ahora.