Siguen escuchándose las voces de preocupación por la forma en que se lleva a cabo el proceso para asignar diez magistraturas, una acción cargada de malas intenciones y de intereses más que públicos que definirán por los próximos catorce años el rostro y la operación del Poder Judicial de Morelos.
La actual Legislatura se empeña en hacer el mayor daño posible a la población morelense y actúa como si sus atribuciones fueran para enriquecer a los denostados integrantes del llamado G-15, tanto a quienes lo dirigen como a los que de manera vergonzosa entregan sus votos.
Hay que pensar que esos catorce años son más de dos sexenios en los que prevalecerán en el Poder Judicial no los mejores sino los amigos de los actuales diputados, llenos de intereses malsanos, como lo han demostrado una y otra vez.