La política morelense hace ya demasiados lustros que se judicializó a tal extremo que prácticamente todos los actos de poder están subordinados a las resoluciones del Poder Judicial federal, pero ahora hemos entrado en otra etapa, donde los órganos federales de procuración de justicia tienen una actuación decisiva en la vida local.
Los partidos políticos son los principales responsables de este escenario, por la evidente falta de sintonía con la sociedad y la defensa descarada de sus intereses, lo que desembocó en el uso del amparo y la controversia constitucional como armas habituales para intentar corregir el rumbo.
No sabemos qué más falta ver, pero no será agradable si las instituciones locales no asumen sus responsabilidades y deberes, especialmente el Poder Legislativo.