La insuficiente financiación de la ciencia en México tiene repercusiones directas en el estado de Morelos, por el enorme ecosistema de investigación que se ha construido en los últimos treinta años.
La política presupuestal del actual gobierno de la República ha truncado infinidad de carreras científicas al dejar de financiar proyectos y carreras.
Tanto las instituciones universitarias que hacen ciencia como los diversos centros de investigación radicados en territorio morelense deberán seguir un año más en austeridad o en el desarrollo de caminos alternos para su labor.
La iniciativa privada tiene la oportunidad de tener un papel relevante y –en su momento- cosechar los frutos si tiene la audacia de invertir en ciencia y tecnología.
Quizá la adversidad que vive el quehacer científico sea la oportunidad para cambiar el panorama e involucrar más a las empresas de tal manera que se acelere la transferencia de tecnología y la aplicación de los descubrimientos e innovaciones deje de ser un quebradero de cabeza para quienes realizan investigación.